domingo, 29 de enero de 2012

El corazón más bonito del mundo

"Cada persona que ha pasado por mi vida ha tomado, intercambiado o mutilado un pedacito de mi corazón."

    Había una vez un chico que viajaba con un circo, recluído en una urna de cristal. No hablaba con nadie, y no tenía relaciones de ningún tipo. Se pasaba el día dando brillo a su impoluto corazón. Horas, minutos, segundos, ¡semanas! Su dedicación era grandiosa. Un día, el circo llegó a un pueblo. Y allí, en la plaza, el chico mostró su corazón, presentándolo como el corazón más bonito del mundo.

- Eso no es verdad -dijo un viejo que se había acercado-, tampoco es tan bonito. Aun más, resulta hasta feo.
- ¿Acaso ha visto un corazón más bonito que éste? -preguntó el chico, asombrado y perplejo.
- -respondió el viejo, reflexionando.

Y entonces sacó el suyo propio. Su color abarcaba diversas tonalidades de rojo, y estaba lleno de remaches en cuero, tela y metal. Le faltaban cachos, y tenía cicatrices y heridas. Todo junto era pequeño y se veía que lo habían intentado recomponer. El chico lo observó, confuso.

- ¿Cómo puede decir que eso es bonito?
- Verás -explicó el viejo-, cada persona que ha pasado por mi vida ha tomado, intercambiado o mutilado un pedacito de mi corazón.

El viejo sonrió. Era una sonrisa sabia, cansada. Entonces el joven, partiendo un trocito de su corazón, se bajó de su urna y rellenó un hueco del corazón del viejo. Y sonrió también, compartiendo juntos una misma sonrisa... y un mismo corazón.

© Cuento popular
[Adaptación]

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